El invierno ha empezado hoy, es el solsticio astronómico que llega todos los años para que sepamos que han terminado los días del otoño y que la Navidad llama a la puerta de nuestra vida. Pero a mi me parece que España está sumida en un invierno que no se acaba, que es frio, oscuro y triste. Un invierno que seguramente empezó aquel 11 de Marzo de 2004, el de los terribles atentados de Madrid y que desde aquella fecha sangrienta España anda de mal en peor. Es verdad que nuestra desgracia se gestó mucho antes, en los lejanos años setenta con la llegada democracia y sus partidos, el rey Borbón y la maldita constitución. Y sí, es cierto que los frutos del mal tardan también en madurar y que sus raíces pueden ser profundas, pero también es cierto que hay fechas que marcan decididamente un antes y un después. Este invierno español comenzó aquel mes de marzo.
Como Dios va a nacer será muy bueno y de verdad que por lo menos a mi no se se me ocurre nada mucho mejor que recemos por España y por nosotros, los fascistas que es como decir los hombres de buena voluntad, para que llegue de nuevo la Primavera a España. Pues eso, Amén y Laus Deo.
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