La tronera fascista.

El veinticinco de septiembre el presidente de Cataluña anunciaba la convocatoria de elecciones con el objetivo que en el 2014 sea una país independiente de España. Explicaba en el parlamento catalán que justo cuando se van a cumplir trescientos años desde la fecha 1714 en que habían dejado ser una nación libre, había llegado el momento de recuperar la libertad y la soberanía de Cataluña y convertirse en un nación más dentro de la Unión Europea. No caben dudas sobre esta declaración: han iniciado decididamente y con todas las consecuencias el camino hacia la independencia de Cataluña.

La próximas elecciones en Vascongadas en octubre llevarán a la ETA al gobierna de la comunidad, en coalición con el PNV previsiblemente. Esto supondrá que ese engendro de miniestado criminal que es Euzkadi también se proclamará independiente. El desafió será en este caso más agresivo y seguramente con plazos más cortos que el de los catalanes.

En la época de Pujol, cuando los catalanistas se hicieron con el poder en Cataluña, explicaban con una frase a sus bases militantes el porqué de su aceptación de la Constitución y su aparente renuncia a la independencia: “avui paciència, demà independència”. En español: “hoy paciencia, mañana independencia”. Ese mañana ya ha llegado, ese mañana nefasto para España es hoy. Y han esperado justo al momento en que nuestra nación esta sumida en una ruina económica sin predecentes y con el Estado en bancarrota, situación que básicamente es consecuencia de la insostenibilidad económica a largo plazo del sistema de las autonomias, que impusieron los nacionalistas catalanes y vascos durante la transición.

Primero dividieron políticamente la nación en autonomias, despues fragmentaron su unidad cultural gracias a la utilización de las lenguas regionales y la sistemática persecución del español. Adoctrinaron a las nuevas generaciones en el desprecio y el odio a España y el culto a sus nacioncitas, porque se les había entregado también la educación.

El sistema de las autonomias ha logrado arruinar a España, absorviendo su riqueza y destruyendo sus grandes posibilidades de crecimiento económica como demostró la época de Franco, pues todo esto se iba por los sumideros de las diecisiete administraciones autonómicas, insaciables todas pero especialmente Cataluña y Vascongadas. El hecho de que el colapso económico haya llegado cuando hay una crisis de carácter internacional, no puede ocultarnos que son las autonomias y no esa crisis el verdadero causante de la ruina de España; dada la internacionalización de la economía era imposible materialmente que durante el ciclo más largo e intenso de expansión desde el final de la primera guerra mundial, los 25 años de oro de la economia globalizada 1982-2007, un pais como España se aruinara, con todo y con eso Felipe Gonzalez estuvo a punto de conseguirlo. Han bastado apenas cuatro años de ciclo recesión para que la España de la autonomias este completamente en quiebra.

Los separatistas vascos y catalanes han dividido España con la autonomias y con las autonomias además la han arruinado. Han necesitado para ello poco más de veinticinco años, en apenas dos generaciones han demolido una nación milenaria y un estado nacional que fue el primero de Europa con cinco siglos de antiguedad. Es verdad que no lo han hecho solos, han contado en calidad de cómplices, colaboradores y socios interesados a la derecha española, a la izquierda española y a la monarquía española. Y también porque no decirlo, la Iglesia y el Ejercito.

Sí, los separatistas vascos y catalanes han divido España y la han arruinado por eso ahora, justamente ahora van a declarar la independencia. Enfrente no tienen nada que se les oponga de verdad o al menos con una capacidad mínima de respuesta.

Mientras esto sucede los patriotas, o los nacionalistas españoles o lo que seamos, ya no lo se, podemos seguir preocupados por la crisis social y el movimiento del 15-M o del 25-S o por la brutalidad de la policía en las manifestaciones.